EL PASEANTE Y SU SOMBRA, Friedrich Nietzsche

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FRIEDRICH NIETZSCHE, El paseante y su sombra, Siruela, Madrid, 2003, 150 páginas.

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EL ARTE DE DISCULPARSE

   Cuando alguien se disculpa con nosotros, tiene que hacerlo muy bien: en otro caso, es fácil que aparezcamos como culpables y tengamos una sensación muy desagradable.

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EL PROFESOR, UN MAL NECESARIO

   ¡Entre la inteligencia productiva y la hambrienta inteligencia receptiva, cuantos menos, mejor! Pues los intermediarios falsean casi sin querer el sustento que procuran y lue­go piden demasiado por su mediación que ha de ser sustraído por tanto a las inteligencias originales y productivas: a saber, interés, ad­miración, tiempo, dinero, y algunas otras cosas.. Así pues, ha de ver­se al profesor como un mal necesario, exactamente como el comerciante: ¡un mal que hay que hacer lo más pequeño posible!
   Si el principal fundamento de las situaciones de necesidad en que hoy se encuentran los alemanes quizás esté en que demasiados viven demasiado del comercio, y quieren vivir bien (es decir, que tratan de rebajar los pagos al productor y subir los precios al con­sumidor lo más posible, para sacar el mayor provecho posible del perjuicio de ambos), con certeza puede verse un fundamento principal del estado de necesidad intelectual en el exceso de profesores: por ellos se enseña tan poco y tan mal.

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EL ESTILO GRANDIOSO Y EL ELEVADO

   Se aprende más rápido a escribir con grandilocuencia que llano y ligero. Los fundamentos de ello se pierden en lo moral.

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