69. ANTOLOGÍA DE MICRORRELATOS ERÓTICOS II, Carolina Cisneros
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CAROLINA CISNEROS, 69. Antología de microrrelatos eróticos II, Altazor, Lima, 2016, 96 páginas.
SENTIR
SILENO
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Carolina Cisneros detalla en el prólogo el origen del proyecto: "69 palabras por 69 escritoras: la alquimia perfecta para desafiar a la creatividad con un número exacto de palabras y recibir el elixir de la energía sexual, capaz de motivar, poner al mundo en movimiento y transformar un par de condiciones en 69 insinuantes relatos". Al lector le espera disfrutar "sin el más mínimo remordimiento".
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SENTIR
Estoy gorda. Mi marido no me toca desde hace cuatro años. En agosto trajo a su padre a casa. Mientras hacía las camas, el viejo me miraba con ojillos acuosos. Un día fui a despertarlo y metió su mano huesuda entre mis piernas. Me levanté la falda y cabalgué sobre su lengua. Su deseo me devolvió la vida. Tiré las acelgas y preparé un cochinillo al horno. Sigo gorda.
Inma Porcel
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AXIOMAS
En reunión de trabajo, los amantes de las matemáticas exploran mundos alternos y nuevos teoremas. Llegada la hora del cucú, se miran a los ojos y, en carrera veloz, comprenden que los números son el principio sobre el que descansan todas las cosas. Se escuchan suspiros y ayes de amor, han descubierto nuevos atajos topológicos, intensos axiomas en las membranas, hasta que el asombrado cucú anuncia el nuevo día.
Nana Rodríguez Romero
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SILENO
Su ideal era un hombre pequeño, macizo, velludo y fuerte. Debía ser juerguista y muy potente en el lecho. No le importaba el olor a chivo y sí que fuera bien dotado, de falo grueso y recio, siempre dispuesto al deleite. Le placía incansable, tosco y desvergonzado en el amor.
Un día en el bosque encontró el indicado.
La dicha duró poco. Él la abandonó por un tal Dioniso.
Violeta Rojo
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METAMORFOSIS
Ella era diferente. Yo lo supe desde el principio y así lo acepté, aunque me costara comprender la fijación que ella tenía por mis glúteos.
Los separaba suavemente y se quedaba extasiada. Decía que mi ano le parecía una oruga que golosa se mordía la cola. Pasaba mucho tiempo lamiéndolo ávidamente con la esperanza de verlo convertido en mariposa.
El día que levantó vuelo, finalmente ella llegó al orgasmo.
ANAL/ISTA
Ella fuma y apoya sus nalgas desnudas sobre la falda de él. Él acaricia su piel y la olfatea. Ella asiente complacida, mientras la toma de las caderas entumecido de emoción. Agitado. Rígido. Delirante.
Ella sonríe aliviada, lo toca pero ya no se mueve y tampoco respira. Entonces agarra su dinero y se marcha. Al final, él tenía razón, a veces cuando das la espalda el enemigo te sorprende.
Abre las piernas y te inclinas a beber de ella como un sediento. Aferrado a sus caderas, lames para perderte de ti mismo, enmarañado en los recuerdos de todas las otras. Se aúnan olores y mareas que arrasan todo a su paso. Bebes, te empequeñeces, bebes hasta ser ese diminuto que ella, la de piernas abiertas, fagocita. Ahora navegas junto a otros en el fondo de sus ojos insaciables.
Ella era diferente. Yo lo supe desde el principio y así lo acepté, aunque me costara comprender la fijación que ella tenía por mis glúteos.
Los separaba suavemente y se quedaba extasiada. Decía que mi ano le parecía una oruga que golosa se mordía la cola. Pasaba mucho tiempo lamiéndolo ávidamente con la esperanza de verlo convertido en mariposa.
El día que levantó vuelo, finalmente ella llegó al orgasmo.
Nastia T
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ANAL/ISTA
Ella fuma y apoya sus nalgas desnudas sobre la falda de él. Él acaricia su piel y la olfatea. Ella asiente complacida, mientras la toma de las caderas entumecido de emoción. Agitado. Rígido. Delirante.
Ella sonríe aliviada, lo toca pero ya no se mueve y tampoco respira. Entonces agarra su dinero y se marcha. Al final, él tenía razón, a veces cuando das la espalda el enemigo te sorprende.
Mónica Cazón
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LA VENGADORAAbre las piernas y te inclinas a beber de ella como un sediento. Aferrado a sus caderas, lames para perderte de ti mismo, enmarañado en los recuerdos de todas las otras. Se aúnan olores y mareas que arrasan todo a su paso. Bebes, te empequeñeces, bebes hasta ser ese diminuto que ella, la de piernas abiertas, fagocita. Ahora navegas junto a otros en el fondo de sus ojos insaciables.
Pía Barros
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FOLLAR ES UNA FIESTA
Fanáticos filipinos, florentinas flexibles, farmacéuticos fracasados, fotógrafos fisgones, futbolistas famosos... fueron a la fiesta de Fernanda.
Fadir y Felicia, felices, se frotan con fervor y fiereza. Filósofas fenomenales fantasean. Físicos flacos fingen fortaleza.
Fabio y Fanny furtivamente flirtean, fraguan flagelaciones ficcionales: la flama del fuego los forja; con frenesí flexionan, friccionan, flotan, funden, florecen, fulguran, fornican, follan. Fanfarrones franceses se fijan fascinados.
Fernanda y una fila de feligreses festejan.
Fanáticos filipinos, florentinas flexibles, farmacéuticos fracasados, fotógrafos fisgones, futbolistas famosos... fueron a la fiesta de Fernanda.
Fadir y Felicia, felices, se frotan con fervor y fiereza. Filósofas fenomenales fantasean. Físicos flacos fingen fortaleza.
Fabio y Fanny furtivamente flirtean, fraguan flagelaciones ficcionales: la flama del fuego los forja; con frenesí flexionan, friccionan, flotan, funden, florecen, fulguran, fornican, follan. Fanfarrones franceses se fijan fascinados.
Fernanda y una fila de feligreses festejan.
Dina Grijalva Monteverde
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