DICCIONARIO OTRO DE LUGARES COMUNES, Alfonso López Gradolí

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ALFONSO LÓPEZ GRADOLÍ, Diccionario otro de lugares comunes, Calambur, Madrid, 1997, 171 páginas.

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Según confiesa en el Prólogo (pp. 7-9), Alfonso López Gradolí compuso esta obra inspirado por los modelos de Gustave Flaubert (Diccionario de lugares comunes) y de Ambrose Bierce (Diccionario del diablo).
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ABDICACIÓN. Cese cle las funciones, sin pérdida de sueldo, de un monarca soberano. Celebrada con alegría por los republicanos de todo el mundo; si el feliz acontecimiento no va a tener sucesión hereditaria por cualquier motivo y ocurre en el país propio, muchos ciudadanos de éste se manifiestan por las calles y el alborozo dura varios días. El jolgorio termina, o se atenúa progresivamente, al hacerse público el nombre del sucesor o de los sucesores.
  Los monárquicos, en toda abdicación, incluso en las que recae la sucesión en otro de sangre real, adoptan una actitud de recogimiento y añoranza nostálgica.
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ADOLESCENTE. La edad preferida por los que tienen muchos más años para admirar e intentar recordar cuando ellos fueron adolescentes. El adolescente cree, por la experiencia adquirida en la recién pasada niñez, que puede comportarse como un joven; tiene los defectos y sufre las equivocaciones de ambas edades, ya que está a caballo entre una y otra.
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BANQUERO. Caballero muy bien vestido, de rostro bronceado, que vive en las afueras residenciales de la ciudad, al que no se ha visto jamás utilizando el transporte público. Los banqueros no se retiran jamás de los negocios; aconsejan u ordenan a sus hijos o sucesores, a los que han pasado la presidencia del consejo de administración correspondiente.
  Para hablar con un banquero por teléfono, es necesario hacer catorce o quince llamadas previas; al final, repites a la figura de la banca, atropelladamente, lo que se ha explicado con detenimiento y detalle a cuatro o cinco secretarias, durante los veinte minutos anteriores.
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CEMENTERIO. Lugar en el que se escuchan: los tópicos más manidos; los elogios más falsos sobre el recién ingresado; las estupideces más inauditas sobre la vida y las cosas; los proyectos de sucesión más disparatados para el puesto directivo que ha dejado vacante el que bajan a la fosa o es admitido en el panteón familiar.
  Dicen que hay parejas que hacen el amor nocturnamente y en el cementerio; en nuestro país hay gente para todo.
   El cementerio es un lugar en el que deberían pensar mucho más: los soberbios, los violadores, los miembros de comandos terroristas, los presidentes de corporaciones industriales que, con sus fusiones de empresas, dejan en la calle a miles de familias, al eliminar puestos de trabajo.
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DESCARTES. Este filósofo es muy recordado por los franceses, y por algunos profesores de filosofía de cualquier nacionalidad.
  Para los jugadores de cartas, significa la apertura de una nueva esperanza.

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