EL DECAMERÓN NEGRO, Leo Frobenius

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LEO FROBENIUS, El Decamerón negro, Ediciones del Viento, A Coruña, 2012, 392 páginas.

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En El otro Decamerón (pp. 9-11) Luis Alberto de Cuenca agradece al editor Eduardo Riestra la edición íntegra de esta colección de relatos recogidos de labios de los bardos de los pueblos del Sahel.
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EL HIJO MIMADO
Muntshi



Un hombre se casó. La mujer quedó embarazada. La mujer dio a luz a una criatura: era varón. La mujer se llevó el niño a la granja. El niño creció en la granja. Trabajaba siempre con la madre. El niño se convirtió en un joven fuerte. La madre le hacía siempre la comida y el joven trabajaba siempre en la granja. El joven se convirtió en un hombre grande y fuerte y la madre le daba siempre la comida y él trabajaba siempre en la granja de la madre.
Llegó gente a la granja. La gente vio al joven. La gente dijo: «¡Qué joven más grande y vigoroso!» La gente le preguntó al joven: «¿No quieres casarte?» El joven dijo: «No, sólo quiero tener comida y con mi madre tengo comida buena y suficiente.»
Un día el padre fue a la granja en donde el joven vivía con su madre. El padre le dijo al joven: «¿No quieres casarte para que puedas engendrar un hijo? ¡Ven, iremos juntos al pueblo!» El padre llevó al joven a su pueblo. El padre le cortó el cabello al hijo. Después que terminó de hacer esto, le dio hermosas perlas. Le colgó collares de perlas al cuello. Le colgó pulseras de perlas alrededor de los dedos de los pies y de los tobillos. Le puso hermosas pulseras en los brazos. Le untó el cuerpo con cintura roja. Le regaló un taparrabo nuevo. Después, el padre le dijo:«Ahora ve y elígete una mujer con la que puedas engendrar un hijo.»
El joven fue. Anduvo por aquí y por allá y miró a las muchachas. Encontró una que le gustó. La llevó a la casa de su padre. Le dijo a su padre: «¡Quiero casarme con esta muchacha!» El padre dijo: «Está bien.» El padre llevó al joven a una choza con la muchacha. El padre dijo: «Esta es tu casa. Entra con la muchacha y duerme con ella para que quede embarazada.» El joven entró con la muchacha. Pero cuando hubo acostado a la muchacha en la cama, salió y corrió a la granja de su madre. Le dijo a su madre: «Madre mía, tengo hambre, hazme una buena comida.» La madre le preparó comida al hijo. Entonces, él se quedó con ella.
La muchacha casada salió de su choza. La muchacha corrió adonde estaba el padre del joven y le dijo: «Tu hijo no ha dormido conmigo. Me llevó a la choza y después se escapó!» El padre se puso en camino. Fue a la granja de su mujer. Le preguntó a su mujer: «¿Está aquí mi hijo?» La madre dijo: «Sí, tu hijo está aquí. Vino anoche y dijo:“¡Madre mía! ¡Tengo hambre! ¡Hazme una buena comida!” Entonces. yo le preparé una buena comida. La comió y se quedó aquí.»
El padre dijo: «Mi hijo se casó ayer. Pero anoche no durmió con su mujer. Corrió junto a ti y te pidió comida. Eso es algo que hay que cambiar. Opino que, si vuelve por comida, le des sólo comida mala o no le des nada. Entonces, regresará con su mujer.» La madre dijo: «Así lo haré.» El padre se fue a la ciudad.
Al cabo de un tiempo, el joven fue adonde estaba su madre y le dijo:«¡Madre mía! ¡Tengo hambre! ¡Hazme una buena comida!» La madre dijo: «¿No te has casado ayer con una mujer?» El joven dijo: «Sí, ayer me casé con una mujer.» La madre dijo: «Si te has casado, entonces ve con tu mujer y haz que ella te prepare comida.» El joven fue. El joven fue adonde estaba su padre y le dijo: «¡Mi madre no me quiere dar más comida!» El padre dijo: «¿No te has casado ayer? ¿Dormiste ayer con tu mujer?» El joven dijo: «No, no dormí con mi mujer.» El padre dijo: «Entonces ve con tu mujer y duerme con ella. Después, dile que te prepare una buena comida. Entonces tu mujer también re dejará satisfecho.»
El joven se fue a su casa. Durmió con su mujer. Después la mujer se lavó y preparó una buena comida. El joven la contemplaba. La joven mujer le llevó la comida. El joven la comió. Cuando terminó de comer,le dijo a su mujer: «¡Entra en la casa! Quiero dormir de nuevo contigo.» Al poco tiempo la mujer estaba embarazada. Dio a luz a un niño. El padre debe educar a su hijo para que sea hombre y marido: pues con la madre sólo aprende a comer.

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