DIARIOS 1999-2003, Iñaki Uriarte
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IÑAKI URIARTE, Diarios 1999-2003, Pepitas de Calabaza, Logroño, 2010, 192 páginas.
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Huyo de desarrollar las ideas. Como si tuviera miedo, impaciencia, pereza, incapacidad para la lentitud. Sólo es falta de talento. No sé quién ha dicho que escribir es hablar sin ser interrumpido. Pero yo me interrumpo de continuo a mí mismo. Tampoco soy lo suficientemente charlatán, ni me gusta mucho escucharme. Hablo a trompicones. Escribo de la misma manera. Y como dijo Machado: «Nunca estoy más cerca de pensar una cosa que cuando he escrito lo contrario.»
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Hay gente que lleva sus rencores, envidias y resentimientos a flor de piel. Hay otros que los esconden y se esfuerzan por parecer que no los tienen, y de pronto les traicionan y surgen como serpientes o conejos entre la hierba.
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Los hombres creyeron primero en Dios, luego dejaron de hacerlo y comenzaron a creer en cosas como la Razón, la Historia, el Progreso. Ahora empiezan a no creer ni en ellas. Algo me suena mal en este resumen. Es un poco raro que la historia de siglos de la Humanidad coincida con mi historia personal.
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Que la literatura es un arte en decadencia lo demuestra el significado habitual al que ha llegado el término «literario». Hace tiempo que «poético» quiere decir cursi, y «teatral» equivale a «afectado», pero ahora empieza a estar claro que el epíteto «literario» significa estrictamente «pelmazo».
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No sólo tiene los pies en la tierra, sino todo el cuerpo, como las serpientes.
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Uno de los secretos del placer estético que produce la naturaleza es que no hay gente.
Uno de los secretos del placer estético que produce la naturaleza es que no hay gente.
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Con qué poco reconocimiento me conformo. Eso es un suerte inmensa. Sin embargo, qué mal soporto las críticas. Por eso, no la búsqueda de alabanzas, sino la huida de las censuras, ha sido uno de los impulsos básicos de mi vida.
Con qué poco reconocimiento me conformo. Eso es un suerte inmensa. Sin embargo, qué mal soporto las críticas. Por eso, no la búsqueda de alabanzas, sino la huida de las censuras, ha sido uno de los impulsos básicos de mi vida.
¡Muy buenos!