ARTISTAS INSÓLITOS, Daniel Monedero & Óscar T. Pérez
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DANIEL MONEDERO & ÓSCAR T. PÉREZ, Artistas insólitos, La Galera, Barcelona, 2009, 32 páginas.
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EL PINTOR SONÁMBULO
Robert Richardson era sonámbulo desde niño y ése fue siempre el motor de todo su arte. De hecho, toda la producción artística de este olvidado pintor fue realizada en sus episodios de sonambulismo. Confesaba ser incapaz de pintar un solo cuadro estando despierto. Es curioso comprobar lo que decía Arthur Barde, pintor y uno de sus íntimos amigos: «El propio Rlchard me contó cómo él mismo se quedaba deslumbrado al despertar y ver todas esas telas desordenadas en su estudio. No podía creer que él hubiese pintado aquellas revelaciones, ya que se sentía totalmente incapaz de afrontar los laberintos del arte durante la vigilia.»
Cuando Robert alcanzó el máximo de su éxito, quiso crear todo un movimiento del hecho de pintar en el estado del sonambulismo. «Los Sonambulistas» fue el nombre con el que los bautizó y en su «Manifiesto del sueño» se dice que ningún verdadero artista creará despierto, pues la verdadera inspiración tiene que estar más allá de la razón, por eso sólo se podrá crear cuando el pintor o el poeta se encuentre bajo los efectos del sonambu lismo. «Sólo se creará bajo al dictado de sus sueños» era la frase que abanderaba su movimiento, que por suerte o por desgracia nunca tuvo ningún seguidor, y Rlchardson, hasta el día de hoy, es el único «sonambulista» que existe.
Como suele suceder, lo que fue el don del pintor fue también su condena. Porque después de una etapa de gran efervescencia creativa, sufrió una crisis artística profunda debido a un agudo insomnio. Al no dormir, no se producían los habituales estados de sonambulismo creativo, y esto alteraba de tal modo sus nervios que a su vez le causaba aún más insomnio. Y así su figura y su arte fueron cayendo en el olvido y las grandes obras que hizo en el sueño cada vez eran menos grandes, fueron perdiendo intensidad y misterio, revelando a un hombre que, por mucho que lo quisiera disimular, soñaba cada vez menos.
Rlchardson, el insomne, fue un anciano deprimido y abandonado por su inspiración. Aunque aún en esos momentos, muy de tarde en tarde, echaba una cabezadita después de comer y podía dar algún trazo que conservaba la magia, la gracia y la intensidad de los viejos tiempos.
Nunca, en la historia, existieron bostezos tan artísticos.
Robert Richardson era sonámbulo desde niño y ése fue siempre el motor de todo su arte. De hecho, toda la producción artística de este olvidado pintor fue realizada en sus episodios de sonambulismo. Confesaba ser incapaz de pintar un solo cuadro estando despierto. Es curioso comprobar lo que decía Arthur Barde, pintor y uno de sus íntimos amigos: «El propio Rlchard me contó cómo él mismo se quedaba deslumbrado al despertar y ver todas esas telas desordenadas en su estudio. No podía creer que él hubiese pintado aquellas revelaciones, ya que se sentía totalmente incapaz de afrontar los laberintos del arte durante la vigilia.»
Cuando Robert alcanzó el máximo de su éxito, quiso crear todo un movimiento del hecho de pintar en el estado del sonambulismo. «Los Sonambulistas» fue el nombre con el que los bautizó y en su «Manifiesto del sueño» se dice que ningún verdadero artista creará despierto, pues la verdadera inspiración tiene que estar más allá de la razón, por eso sólo se podrá crear cuando el pintor o el poeta se encuentre bajo los efectos del sonambu lismo. «Sólo se creará bajo al dictado de sus sueños» era la frase que abanderaba su movimiento, que por suerte o por desgracia nunca tuvo ningún seguidor, y Rlchardson, hasta el día de hoy, es el único «sonambulista» que existe.
Como suele suceder, lo que fue el don del pintor fue también su condena. Porque después de una etapa de gran efervescencia creativa, sufrió una crisis artística profunda debido a un agudo insomnio. Al no dormir, no se producían los habituales estados de sonambulismo creativo, y esto alteraba de tal modo sus nervios que a su vez le causaba aún más insomnio. Y así su figura y su arte fueron cayendo en el olvido y las grandes obras que hizo en el sueño cada vez eran menos grandes, fueron perdiendo intensidad y misterio, revelando a un hombre que, por mucho que lo quisiera disimular, soñaba cada vez menos.
Rlchardson, el insomne, fue un anciano deprimido y abandonado por su inspiración. Aunque aún en esos momentos, muy de tarde en tarde, echaba una cabezadita después de comer y podía dar algún trazo que conservaba la magia, la gracia y la intensidad de los viejos tiempos.
Nunca, en la historia, existieron bostezos tan artísticos.
¡¡Estupendo blog, interesantísimas las lecturas, oportunos y muy bien seleccionados los fragmentos, los cuentos, los poemas... !! He entrado en él por casualidad buscando un determinado texto de Marcos Giralt... ¡¡que tú has escogido también, coincidiendo íntegra y exactamente con el que yo buscaba (quería evitar copiarlo)!!.
¿Me dejarás utilizar algunos de "tus" textos para mis programas de radio? (citándote, por supuesto):
buscandoleonesenlasnubes.blogspot.com.
Gracias por el magnífico blog. Un saludo
Alberto:
Gracias por los elogios.
Los aceptamos sabiendo que no repercuten sobre Docuementa Minima, sino sobre autores como Marcos Giralt, Daniel Monedero, Óscar T. Pérez y tantos otros: suyas son las obras que alabas.
Bienvenido a esta ventana desde la que se otea la belleza.