AVENTURAS Y DESVENTURAS DE LOS ALIMENTOS QUE CAMBIARON EL MUNDFO, Teresa Beníetez

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TERESA BENÉITEZ, Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo, A fin de cuentos, Bilbao, 2016, 80 páginas.

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Flavia Zorrilla ilustra este libro informativo ganador del I Premio Iberoamericano al mejor libro informativo para niños. Dividido en dos bloques (Mapa de los alimentos que se llevaron a América y Mapa de los alimentos que se trajeron de América) da noticia, entre otros, sobre trigo, olivo, arroz, vid; maíz, pimiento, patata y tomate.
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CACAO
[Aquellos tiempos en los que el dinero crecía en los árboles]

   CarL Von Linneo, el botánico sueco del siglo XVIII que inicio el sistema científico de clasificación de las plantas, le dio al árbol del cacao el género Theobroma cacao que literalmente significa «cacao alimento de los dioses». ¡Ahí es nada!
   ¿Qué tiene el chocolate para que hayan caído rendidos a sus píes mayas, aztecas, conquistadores, monjas, curas, papas, reyes, nobles, Linneo, el señor y la Neststlé, y supongo que tú mismo? 
   Curiosamente, a los primeros europeos que lo probaron, que fueron Hernán Cortés y sus hombres, les pareció horrible. Para hacer el chocolate, los aztecas tostaban las habas del cacaotero, las machacaban hasta hacer una pasta y le echaban agua hirviendo. Después batían la mezcla, por aquello de la espumilla, y le añadían harina de maíz, pimiento picante (chile), vainilla o miel. Los españoles pensaron que aquel brebaje era «más adecuado para echarlo a los cerdos que para consumirlo los hombres», aunque se quedaron con la boca abierta al descubrir su valor energético. En sus cartas a Carlos V, Hernán Cortés le decía al rey que era suficiente con una taza de esa bebida para sostener la marcha de un soldado durante todo un día.
   El cacahuaquchtl —así lo llamaban los mayas— es un árbol de cuatro a diez metros de altura, que crecía en las selvas vírgenes del Yucatán y de Guatemala desde hace al menos 4000 años. Los aztecas, como antes los mayas usaban sus grandes almendras como moneda. Y cuando llegaron los españoles, también se siguieron utilizando durante largo tiempo.
   La historia del chocolate dio un giro de 180 grados cuando a alguien se le ocurrió cambiar el chile picante por azúcar. ¿A quién se debió esta extraordinaria innovación? ¡Quién sabe! Lo que es seguro es que Cortés o alguno de sus compañeros lo llevaron a España en la década de 1520. A finales de siglo «esta preciada y medicinal bebida» ya estaba de moda; se tomaba en el desayuno y la merienda. 
   Como el consumo crecía y crecía, los cacaotales de México y Guatemala empezaron a agotarse, así que los españoles crearon nuevas plantaciones en Venezuela.
   En el XVIII, el chocolate se conocía ya en casi toda Europa y cada vez eran más los países que importaban cacao de América. Se abrieron áreas de cultivo en Jamaica y Santo Domingo, pero Venezuela siguió siendo el principal exportador a Europa, sobre todo de los mejores chocolates, los que se llaman criollos. En poco más de 40 años, la Compañía Guipuzcoana de Caracas, envió a la península ¡50.000 toneladas de cacao! Montañas y montañas de cacao únicamente para disfrute de los nobles y el alto clero, los únicos que podían pagarlo. Sin embargo, los nuevos procesos industriales del siglo XIX, que trajeron inventos tan importantes como el cacao en polvo, los bombones o el chocolate con leche, abarataron su precio. Gracias a ello todo el mundo pudo disfrutar, por fin, del alimento de los dioses. 

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