PEDRO PUJANTE, Espejos y otras orillas. El retorno del realismo mágico, Chiado, Madrid, 2011, 108 páginas.
**********
LA CIUDAD INFUNDADA
Un día o quizás una noche me acosté temprano. Me dormí enseguida. Ella hizo probablemente lo mismo en su casa, en su ciudad. Soñé que me encontraba en una calle desierta. Una noche silenciosa poblaba la insólita ciudad. A pesar de ser desconocida para mí todo resultaba familiar. Los edificios, las aceras grises, el olor a humedad y hasta las gastadas marcas de un paso de cebra.
A lo lejos se acercaba una sombra, caminando lentamente. Cuando estuvo lo suficientemente cerca la vi: era ella. Sin sobresaltos me preguntó: ¿qué estás haciendo en mi sueño? Me miraba a los ojos dulcemente.
—¿En tu sueño? —yo estaba algo más confuso que ella, creo recordar. —¡Este sueño no es el tuyo!
—¡El tuyo tampoco! —respondió con serenidad sin apartar su mirada, irreal. —¡Si no, no estarías tan despierto!
Continuamos hablando durante un largo rato mientras paseábamos sobre los adoquines de esta insólita ciudad.
Ya no nos parece tan extraña, uno se acostumbra a todo. Esto ocurrió hace ya... veinte, treinta, mil años... y aún seguimos juntos, ella, la ciudad y sus calles y yo. De forma inocente surge en nuestras conversaciones habituales el recuerdo borroso de la noche en que nos conocimos; la no menos inocente pregunta de cómo empezó todo. Nos miramos a los ojos, con la acostumbrada ternura de siempre y nos consolamos el uno al otro con la idea de que todo lo verdaderamente importante en este mundo carece de respuesta.
gracias por reflejar en vuestra orilla un destello de este espejo fantástico.
ResponderEliminarPedro Pujante
Pedro:
ResponderEliminarGracias a ti por construir el espejo. Aquí, como puedes ver, los coleccionamos, creando la ilusión de que la orilla no parezca tan oscura.
Saludos
Máximo