LAS SEMILLAS DEL TIEMPO, Juan Carlos Botero

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JUAN CARLOS BOTERO,  Las semillas del tiempo: epífanos, Norma, Bogotá, 2008, 234 páginas.

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LA AGONÍA

   Durante tres días agonizó el mendigo. Según informaron las autoridades, el viejo caminaba hacia un centro de salud pero se desmayó en la zona verde junto al instituto, a sólo veinte metros de distancia. En el primer día, los médicos del centro y los vecinos del lugar lo advirtieron pero siguieron de largo. En el segundo día, un transeúnte telefoneó al instituto y les comunicó el caso del viejo, sin embargo, le dijeron que el asunto no les correspondía. Esa tarde, una pareja que pasaba lo cubrió con un plástico pues no había dejado de llover en toda la semana. Al tercer día, un lunes sin sol, amaneció muerto. La policía lo recogió por la tarde, y le informó a los medios que había muerto de hambre. En la acera opuesta a la zona verde hay cuatro restaurantes, dos de comida rápida. Los noticieros filmaron el levantamiento del cadáver, y un testigo que había visto al moribundo tres días antes se lamentó mientras chupaba una paleta: "Nos hemos insensibilizado".

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